Brother no reconoce cartuchos compatibles

 

Si te gusta pasar miedo existen multitud de formas diferentes con las que pasar un mal rato. Una buena alternativa son las pelis de terror japonesas, en las que invariablemente una mujer con el pelo tapándole la cara se empeña en hacer sashimi con nosotros. También puedes montar en una montaña rusa y pasarlo de miedo subiendo y bajando ─puntos extra si está en un parque de atracciones abandonado─. Pero si quieres pasar auténtico terror, sin duda la mejor forma es que nuestra Brother decida dejar de reconocer nuestros cartuchos justo antes de entregar un trabajo importante. Los sudores fríos están servidos.

 

¿No te gusta pasar tanto miedo? Evita que tu Brother te muestre el fatídico mensaje de “cartucho no reconocido” siguiendo nuestros consejos y deja el miedo para las películas y para la declaración de la renta. ¡Vamos allá!

 

Comprueba el chip

 

 

El chip de nuestros cartuchos es probablemente uno de los elementos de impresión al que menos caso hacemos. Al fin y al cabo, no podemos (o no deberíamos) interactuar con él en absoluto. Y sin embargo, el chip es el mayor responsable de que nuestra impresora deje de reconocer los cartuchos compatibles, en hasta un 90% de los casos. En él se guarda toda la información acerca del cartucho como el nivel de tinta que queda, el número de impresiones realizado, si presenta algún tipo de error o funciona a la perfección… El chip en sí es un elemento bastante delicado y un mal manejo del mismo puede resultar en un daño irreparable.

 

Cómo cambiar el chip del cartucho

 

Si apreciamos algún tipo de defecto en nuestro chip (está rayado, partido o presenta cualquier otro tipo de defecto) no nos quedará otra que cambiar de cartucho o, si somos algo manitas, cambiar el propio chip. En este aspecto los cartuchos compatibles tienen una ventaja sobre los de la propia marca Brother: los chips de cartuchos compatibles se pueden adquirir por separado y a un precio bastante bajo, mientras que Brother no vende directamente sus chips y deberemos comprar todo el cartucho, tinta incluida. ¿Para qué vender un limpiaparabrisas nuevo cuando te pueden vender todo el coche?

 

Si deseamos cambiar el chip deberemos desmontar el anterior. Se localiza fácil: es la pieza de color verde o amarillo situada en un extremo del cartucho, en la parte exterior y completamente a la vista. No tiene pérdida. Con la ayuda de un cuchillo ─y con mucho cuidado de no cortarnos─ deberemos soltar el chip estropeado para a continuación colocar el nuevo, en la misma posición. Aunque por lo general se sujetan bien sin ningún tipo de elemento externo (los cartuchos suelen tener un pequeño saliente de plástico para sujetar el chip) en ciertos modelos puede ser necesario utilizar un poco de pegamento para fijarlo bien al cartucho. Si este es tu caso recuerda: utiliza muy poco pegamento, en los bordes de la pieza de plástico que rodea al propio chip y tratando de que no entre en contacto con el mismo. El pegamento debería ser estilo “Loctite”, de secado rápido y de fijación fuerte con escasa cantidad.

 

Puede ser que el chip no esté estropeado y que simplemente se haya desprendido, aunque estos casos no se suelen dar casi nunca. Si por cualquier motivo ha ocurrido, enhorabuena: bastará con que vuelvas a fijar el chip en su posición de la manera anteriormente descrita y sin ningún otro gasto por tu parte.

 

Limpieza del chip

 

Puede que tu chip no esté dañado sino que se haya visto salpicado por algún resto de tinta en una de las impresiones. En este caso la solución es, si cabe, incluso más sencilla que en el caso anterior. Bastará con limpiar nuestro chip con un trozo de gasa humedecida con agua o alcohol para a continuación secarlo con otro trozo de gasa limpio. El chip quedará inmaculado y la impresora debería volver a reconocerlo. Si hemos tardado un tiempo en darnos cuenta de que este era el problema o si hemos manipulado el cartucho metiéndolo y sacándolo es posible que los contactos de la propia impresora también se hayan visto manchados. Obraremos como en el caso anterior y limpiaremos los contactos de la misma forma. De esta manera ya no habrá nada que se interponga en el camino entre chip y contacto y la impresora tendrá vía libre para imprimir a destajo.

 

Otros problemas del chip

 

Aunque aún nos quede tinta de sobra para decorar una habitación, a veces la impresora se empeña en pensar que no queda tinta y mostrarnos el error de que no se reconoce el cartucho. Los chips tienen un contador interno de impresiones y, si se llega al máximo que Brother considera adecuado para ese modelo de cartucho simplemente dejará de imprimir. Por fortuna, en cartuchos compatibles este contador se puede “resetear” con un apartado destinado a tal efecto, de tal manera que la impresora volverá a pensar que tiene tinta y podremos continuar con las impresiones. Especialmente útil en el caso de los sistemas de inyección continua de tinta (CISS), en los que el uso de un “reseteador” resulta imprescindible. Tanto, que viene integrado en el propio sistema.

 

El último lugar, puede que simplemente el chip sea de mala calidad, porque el cartucho también lo es. Cerciórate de que usas cartuchos compatibles con todas las garantías e idéntica calidad a los originales. Si nos consultas te podremos indicar el mejor compatible para tu modelo de impresora.

 

Comprueba los cartuchos

 

Descartado el chip como principal causante del error, el siguiente elemento a comprobar será el cartucho en sí. En primer lugar cerciórate de que los cartuchos brother (o cartucho) se encuentre insertado totalmente. La mayor parte de los problemas con los cartuchos vienen porque este no ha llegado hasta donde es necesario que esté para que se realice correctamente la transferencia de tinta. No tengas miedo y empuja con fuerza el cartucho hasta que esté colocado. Con delicadeza, pero sin compasión. El cartucho estará correctamente instalado en su zócalo únicamente cuando hayas escuchado un “clic” al introducirlo. Si no lo has escuchado, sigue apretando hasta que entre por fin. Una vez en su sitio la impresora detectará el cartucho correctamente y el dichoso mensaje dejará de aparecer.

 

En ciertas ─y escasas─ ocasiones nos encontraremos con el problema contrario al que mencionábamos en el apartado de los chips: no tendremos tinta pero la impresora creerá que sí. Esto puede ser debido a un “reseteo” del contador de impresiones del chip más allá de su capacidad total. En cualquier caso, a no ser que el cartucho sea rellenable no hay mucho más que hacer. El cartucho ha cumplido con su función. Déjalo descansarconvenientemente en tu centro de reciclado habitual.

 

En otros casos puede que el propio cartucho presente algún tipo de anomalía física. Puede que haya sido incorrectamente almacenado y haya sido perforado o quizás unas altas temperaturas hayan evaporado parte de la tinta interior y se haya deformado al cartucho. En estos casos y nuevamente no hay mucho más que hacer. De hecho, la instalación de cartuchos en mal estado puede que acabe por estropear la propia impresora, por lo que no merece la pena arriesgarse: recíclalo y procura almacenarlos correctamente en el futuro. Y si han venido así de fábrica no dudes en reclamar, por supuesto.

 

Comprueba la impresora

 

Existe una última posibilidad por la que tu Brother puede no estar reconociendo tus cartuchos compatibles, y es ─descartando otros problemas físicos de la impresora─ su firmware. El firmware de la impresora es un conjunto de pequeños programas embebidos en la máquina que permiten al software (los programas) comunicarse con el hardware (la impresora). Este firmware no se puede cambiar nunca, excepto cuando la propia Brother decide que quiere actualizarlo. ¿Y cuando quiere actualizarlo? Cuando ha descubierto una nueva manera de detectar cartuchos compatibles y quiere que la impresora no los acepte. Al fin y al cabo las compañías ganan la práctica totalidad de sus ingresos mediante la venta de cartuchos, no mediante la venta de impresoras, y tiendas que venden cartuchos perfectamente válidos y de idéntica calidad a un precio mucho más razonable que el suyo les “desmontan el chiringuito”.

 

¿Solución? No actualizar nunca la impresora. No, esto no va a hacer que deje de funcionar, ni va a hacer que funcione peor. Va a seguir funcionando exactamente igual que antes (es decir, a la perfección) y evitará que Brother “prohíba” los cartuchos que ya has adquirido.

 

Si ya has actualizado es complicado volver a una versión anterior del firmware, ya que no es un programa al que se pueda acceder ni modificar de manera normal. En cualquier caso, no desesperes. Busca información en Internetsobre cómo volver a una versión anterior del firmware de tu impresora, es posible que alguien ya haya creado un “parche”. Puede que necesites buscar la información en inglés, en tal caso afina tu búsqueda con las palabras “firmware downgrade”. Y recuerda, por lo que más quieras: no actualices nunca tu impresora. Así no tendrás nunca ningún problema con tus cartuchos compatibles.